7.4.14

LOS HUEVOS DE PASCUA



Austria es famosa, entre otras cosas, por sus mercadillos temáticos. Y es que se pasan el año alfombrando la ciudad con chiringuitos de lo más variopinto. Otro día os hablaré de los mercadillos de Adviento, pero es que ahora, tocan los de Pascua, que tampoco tienen desperdicio.
A principios de marzo ya se pone la gente a pintar huevos y a decorar con ellos los árboles de sus jardines o las ventanas de las casas. Hay huevos de plástico que se compran en cualquier sitio, pero son muy feos y no tienen gracia, hay huevos de cerámica o de barro para pintarlos y conservarlos y, sobre todo, hay huevos normales, vaciados y pintados. Estos son los mejores y es muy divertido hacerlos uno mismo. Por supuesto también hay huevos de chocolate o de caramelo, de los que hay en todos los países… esos envueltos en papel brillante.
Pero en los mercadillos puedes encontrar verdaderas virguerías. Hay de todo. Con diseños espectaculares, incluso horadados y troquelados. Es impresionante. Al final es casi imposible decidirse. Gustan todos, pero lo cierto es que no sirven más que para decorar un par de semanas al año y con mucho cuidado porque son preciosos, pero eso sí, son de “mírame y no me toques” porque se rompen con respirarles cerca. Una pena.
Lo cierto es que en estos mercadillos se pueden encontrar muchos más objetos de decoración para la casa, adornos, juguetes, artesanías y con suerte, algún producto típico para comer o beber. Caros, eso sí, porque esto de comprar comida en los puestos de las ferias en Austria es extraordinariamente caro. Otra cosa es tomarse allí una cerveza… eso sí te lo puedes permitir.
Quizá lo mejor, para mí, son los talleres para aprender a decorar huevos. Orientados casi totalmente a los niños, pero a mí me hipnotiza mirar cómo lo hacen y casi me dan ganas de preguntar
si me admiten. Es muy divertido. El procedimiento es sencillo. Primero se “soplan los huevos”, es decir, se vacían y se lavan. Luego se dibuja y se pinta y después, si quieres, los puedes rellenar de chocolate casero… eso ya es para nota. Ah! Y también está la opción de comprar en el supermercado huevos cocidos, que ya vienen pintados de algún color. Muy brillantes además y muy divertidos.
La idea de hacer huevos de chocolate y decorarlos es que la mañana de Pascua, dicen un conejito blanco aparecer desde lo más profundo del bosque y esconde huevos de oro en los huecos de los árboles. Hay que salir a buscarlos y si  encuentras uno, tendrás suerte y abundancia durante todo el año. Por eso en Europa y América se ha tomado la costumbre de envolver los huevos de chocolate con papel de charol.
En Austria, los niños salen con una cestita de mimbre y se hacen al campo para llenarla con huevitos de chocolate de todos los tamaños. Esos huevos son un tesoro y los guardan como tal. Mientras que los huevos cocidos y que son un solo color, que se compran en el supermercado, suponen la merienda de ese día… y para comérselo hay que chocarlos uno contra otro a ver quién lo casca antes. Incluso pueden formular un deseo y el que quede entero por más tiempo será el que consiga que se le cumpla. Es una fiesta de lo más divertida.

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