20.4.14

DECORAR HUEVOS DE PASCUA



Esto es todo un arte. Decorar los huevos que servirán de adorno durante la Semana Santa e incluso algunos días previos, es toda una tradición. Es divertido y a la vez relajante, pero además sirve para pasar tiempo con la familia o con los amigos, porque es con ellos, sobre todo con ellas, con quien se suele llevar a cabo el ritual.
Lo primero es “soplar el huevo” es decir, hacerle un pequeño agujerito por cada lado. Uno por arriba y otro por abajo. Y después con una aguja tratar de romper la yema. A continuación se sopla (literalmente) por uno de los agujeros y así se consigue que todo el líquido salga por el otro. Despacio, sin prisa, con mimo… y se consigue. Luego hay que limpiarlo bien, con agua… y dejarlo secar.
Una vez que tenemos el huevo listo, llega el momento de decorarlo. Y es aquí donde se reúnen las mamás con los peques de la casa, ponen sobre la mesa toda suerte de pinturas y colores y manos a la obra. La imaginación no tiene límites. Luego, una vez secos, se pueden barnizar. O no. Y se pueden atravesar con un cordón para colgarlos de adorno donde uno quiera. En otros países se rellenan y después se rompen las cáscaras para comer el chocolate de dentro, pero no en Austria. Aquí solamente sirven para decorar.
Aunque esta no es la única forma de decorar huevos. Ni mucho menos. Se puede hacer con huevos de madera, de tela, de cera, de cartón… con lo que uno quiera. De hecho, en los mercadillos de Pascua hay una cantidad de posibilidades e ideas que uno no sabe ni por dónde empezar. Suelen ser simplemente decorativos y sirven para regalar más que nada, pero es que son tan bonitos y tan originales que sólo verlos ya hace que uno desee tenerlos todos. A mí es que me vuelven loca.
Los hay de todos los tipos, colores y tamaños. Y lo mismo pasa con los precios, puedes comprar uno de cáscara de huevo natural por menso de un euro o uno de madera nacarada por 18 euros. Eso cada uno con sus preferencias. Incluso en los mercados más elegantes del país se pueden ver algunos troquelados y horadados. Eso más parece un tapete de ganchillo que un huevo, pero el efecto es maravilloso, son tan delicados y tan bonitos… aunque da miedo tocarlos por lo frágiles que parecen. En fin, hay de todo, incluso los hay pintados por niños. Que al fin y al cabo son los más cotizados, los que te pitan tus niños, o los niños de los vecinos y te los regalan… esos no tienen precio.
 

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