Hoy voy a invitaros a conocer un sitio maravilloso. He descubierto en
pleno corazón de Viena una cervecería auténtica. De las de antes.
Repleta de encanto y de sabores y olores de esos que te llenan por
dentro. Es lo que ellos llaman gemütlichkeit, el arte de vivir. Un
placer absoluto. Buena comida y buena cerveza en un sitio relajante y
con un ambiente de lo más divertido.
Os cuento un poco lo que
hay. Se trata de una cervecería a la vieja usanza. De las que tienen las
cubas de cerveza en la parte de atrás… de las que elaboran su propia
birra y además te dejan probarla.
La comida es un capítulo aparte,
porque es de esos pocos sitios en los que serían capaces de saciar el
hambre del mismísimo Obélix si se lo propusieran. Es decir, las
raciones no son grandes, son lo siguiente. Hambre no vamos a pasar en
ningún caso. Y el precio, para mi gusto, no va en consonancia porque es
uno de los locales más baratos que se pueden encontrar en el centro e
Viena.
No es un sitio de cocina refinada y platos elaboradamente
decorados para esconder al final algún defecto. Para nada. Lo que pides
es lo que tendrás y en abundancia. En la carta hay sopas y ensaladas,
incluso alguna cosilla para picar (cosa complicada de encontrar en esta
ciudad), pero el plato fuerte, la verdadera estrellahttp://www.7stern.at/s es la carne.
Cerco, ternera, pollo… asados, fritos, rostizados… costillas, filetes,
hamburguesas, alitas… vamos, el paraíso de los carnívoros.
Y para
acompañar tan deliciosos manjares, qué menos que una buna cerveza. Pero
esto es un problema, porque la carta tiene una variedad tan divertida,
que al final lo difícil es decidirse. Yo recomiendo a todo el mundo que
se acerquen hasta allí en transporte público por muchos motivos, pero
fundamentalmente, porque una vez allí, sería un pecado marcharnos sin
probar esas delicias y un poquito de aquí, un poquito de allá, al final
conducir se vuelve imposible.
Os recomiendo probar los platos de
diversas carnes y acompañarlos con una (o varias) de las cervezas
estrella de la casa: Wiener Helles, Märzen, Bamberger Rauchbier, Chilli
bier, Prager Dunkles o Hanf Bier, originales, divertidas y en cierto
modo chocantes de tan innovadoras. Os encantarán.
6.11.14
4.11.14
Austria es uno de los paraísos cerveceros más apetecibles del mundo. Uno puede visitar este pequeño país en el centro de Europa por muchos motivos: cultura, gastronomía, deporte, para viajar con niños o con mascotas, etc. Pero sin duda la razón más original es la de dejarse seducir por sus rubias burbujeantes o sus negras centenarias: las cervezas.
Austria cuenta actualmente con 360 marcas diferentes, producidas por 66 fábricas de cerveza. Y el viaje puede resultar muy agradable, siempre y cuando se acompañe la visita con una buena comida, también austríaca, por supuesto.
Arranquemos motores en la capital, Viena. Las mejores cervezas de la ciudad vienen de la zona de los heuriger, es decir, las tabernas locales en las que se sirven vino y especialidades culinarias, en las que se canta y cuya filosofía es la de sentirse cómodo (Gemütlichkeit). Pero señalemos que la buena es la zona frecuentada por los vieneses, no por los turistas, que es Grinzing, nosotros hablamos de Nussdorf. La Brauhaus Nussdorf elabora cervezas de alta fermentación para estas tabernas, desde 1819.
Otra cerveza estiriana, es la Steirerman, su nombre indica su peculiaridad y es que está hecha con pipas de calabaza, las malas lenguas dicen que es la que le da fuerza al caballero y alegría a la señora… literal.
Otra muy importante es la Reininghaus, nace en 1855 y destaca por su aroma y sabor amargos.
La Murauer, que se fabrica en un pueblicito llamado… Murau, es muy refrescante y poco amarga, apuntemos que el agua de su elaboración viene de los manantiales de las montañas.
Por último, la del nombre más complicado: Ennstaler Weizen Bier Schnee Weisse, es la cerveza de trigo “Blancanieves” o algo así…
Una vez recorrida Estiria con la jarra en la mano, continuemos a Salzburgo. Aquí acabaremos borrachos si no tenemos cuidado, porque hay tanto donde elegir… empecemos por Stiegl, que tiene una fábrica visitable a las afueras y es prácticamente el símbolo de la ciudad. También tiene una cervecería junto a las escaleras que llevan a la fortaleza y de ahí su nombre, (Stiegl es escalera). Es un lugar muy concurrido, nació en 1650 y era la favorita de Mozart. Cada mes fabrican una cerveza diferente y especial de edición limitada.
Una verdadera joya es la Edelweiss, naturalmente turbia y de sabor afrutado, esta cerveza de trigo es muy refrescante y lo que más llama la atención es su sabor picante. Se fabrica en Kaltenhausen, un pequeño pueblecito al pie de Untersberg, en el centro de los Alpes, muy cerca de Salzburgo desde 1475. El paisaje y el entorno son una buena excusa para hacer la excursión.
En Schwarzach se fabrica la Tauerngold, es un poco difícil de conseguir y además tampoco es la mejor de la región, pero tiene mucho renombre. Por el contrario, la Trumer Pils, que se fabrica al norte de Salzburgo, en Obertrum, de una amargura muy característica, huele realmente bien.
Para terminar el viaje, podemos hacer una parada en Innsbruck, aunque allí sólo encontraremos la Adambräu clásica. Es la cerveza tirolesa por excelencia, de hecho, en la etiqueta aparece la cara del héroe local, Andreas Hofer. Existe desde 1825, es dorada y tiene un ligero sabor a mosto de cerveza.
Antes de terminar el viaje, unos apuntes. Si el trayecto se hace en tren, por ejemplo, no hay que olvidar que es posible degustar la cerveza Wieselburger en el vagón comedor. Típica de Moson, en Baja Austria. Mientras que si se viaja en Semana Santa, hay que tomar la cerveza de marzo, la Egger, de alta fermentación y un sabor muy completo, en el que destaca claramente la malta. Se elabora en otoño y los barriles son cubiertos por la nieve durante el invierno, así con el deshielo, en primavera la cerveza está lista para disfrutarla.
Pero si el viaje es en Navidad, hay que tomar la Samichlaus, que es la cerveza lager más fuerte del mundo, también conocida como la cerveza de Santa Claus. Se elabora el 6 de diciembre y se guarda 10 meses antes de ser embotellada, quizá por eso dicen que es la más rara del mundo. En cualquier caso es bastante fuerte y se aconseja acompañarla de alimentos pesados o tomarla después de la comida, casi como un digestivo.
También se puede encontrar Ottakringer, fundada en 1837, y cuya variedad es fabulosa incluso mezclada con limón, manzana o pomelo, que es lo que se conoce como Radder (clara). Su nombre viene del distrito 16, el Ottakring, y es la última gran cervecera de Viena. Continuemos el viaje por tierras austríacas y detengámonos en Estiria, en la ciudad a orillas del río Mur: Graz. Allí se encuentra la fábrica de cerveza Puntigamer y que además es famosa por ser la patrocinadora del equipo Sturm Graz de fútbol. Es una cerveza de aroma a lúpulo y de sabor muy agradable. Pero la más popular de las cervezas estirianas es la Gösser, de hecho hay un dicho que reza “Gut, Besser, Gösser !”, es decir, “¡bueno, mejor y Gösser!” incluso hay quien asocia su color verde al del escudo de Estiria.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)