Austria es uno de los paraísos cerveceros más apetecibles del mundo. Uno
puede visitar este pequeño país en el centro de Europa por muchos
motivos: cultura, gastronomía, deporte, para viajar con niños o con
mascotas, etc. Pero sin duda la razón más original es la de dejarse
seducir por sus rubias burbujeantes o sus negras centenarias: las
cervezas.
Austria cuenta actualmente con 360 marcas diferentes,
producidas por 66 fábricas de cerveza. Y el viaje puede resultar muy
agradable, siempre y cuando se acompañe la visita con una buena comida,
también austríaca, por supuesto.
Arranquemos motores en la capital,
Viena. Las mejores cervezas de la ciudad vienen de la zona de los
heuriger, es decir, las tabernas locales en las que se sirven vino y
especialidades culinarias, en las que se canta y cuya filosofía es la de
sentirse cómodo (Gemütlichkeit). Pero señalemos que la buena es la zona
frecuentada por los vieneses, no por los turistas, que es Grinzing,
nosotros hablamos de Nussdorf. La Brauhaus Nussdorf elabora cervezas de
alta fermentación para estas tabernas, desde 1819.

Otra cerveza estiriana, es la Steirerman, su nombre indica
su peculiaridad y es que está hecha con pipas de calabaza, las malas
lenguas dicen que es la que le da fuerza al caballero y alegría a la
señora… literal.
Otra muy importante es la Reininghaus, nace en 1855 y destaca por su aroma y sabor amargos.
La
Murauer, que se fabrica en un pueblicito llamado… Murau, es muy
refrescante y poco amarga, apuntemos que el agua de su elaboración viene
de los manantiales de las montañas.
Por último, la del nombre más complicado: Ennstaler Weizen Bier Schnee Weisse, es la cerveza de trigo “Blancanieves” o algo así…
Una
vez recorrida Estiria con la jarra en la mano, continuemos a Salzburgo.
Aquí acabaremos borrachos si no tenemos cuidado, porque hay tanto donde
elegir… empecemos por Stiegl, que tiene una fábrica visitable a las
afueras y es prácticamente el símbolo de la ciudad. También tiene una
cervecería junto a las escaleras que llevan a la fortaleza y de ahí su
nombre, (Stiegl es escalera). Es un lugar muy concurrido, nació en 1650 y
era la favorita de Mozart. Cada mes fabrican una cerveza diferente y
especial de edición limitada.
Una verdadera joya es la Edelweiss,
naturalmente turbia y de sabor afrutado, esta cerveza de trigo es muy
refrescante y lo que más llama la atención es su sabor picante. Se
fabrica en Kaltenhausen, un pequeño pueblecito al pie de Untersberg, en
el centro de los Alpes, muy cerca de Salzburgo desde 1475. El paisaje y
el entorno son una buena excusa para hacer la excursión.

En
Schwarzach se fabrica la Tauerngold, es un poco difícil de conseguir y
además tampoco es la mejor de la región, pero tiene mucho renombre. Por
el contrario, la Trumer Pils, que se fabrica al norte de Salzburgo, en
Obertrum, de una amargura muy característica, huele realmente bien.
Para
terminar el viaje, podemos hacer una parada en Innsbruck, aunque allí
sólo encontraremos la Adambräu clásica. Es la cerveza tirolesa por
excelencia, de hecho, en la etiqueta aparece la cara del héroe local,
Andreas Hofer. Existe desde 1825, es dorada y tiene un ligero sabor a
mosto de cerveza.
Antes de terminar el viaje, unos apuntes. Si el
trayecto se hace en tren, por ejemplo, no hay que olvidar que es posible
degustar la cerveza Wieselburger en el vagón comedor. Típica de Moson,
en Baja Austria. Mientras que si se viaja en Semana Santa, hay que tomar
la cerveza de marzo, la Egger, de alta fermentación y un sabor muy
completo, en el que destaca claramente la malta. Se elabora en otoño y
los barriles son cubiertos por la nieve durante el invierno, así con el
deshielo, en primavera la cerveza está lista para disfrutarla.
Pero
si el viaje es en Navidad, hay que tomar la Samichlaus, que es la
cerveza lager más fuerte del mundo, también conocida como la cerveza de
Santa Claus. Se elabora el 6 de diciembre y se guarda 10 meses antes de
ser embotellada, quizá por eso dicen que es la más rara del mundo. En
cualquier caso es bastante fuerte y se aconseja acompañarla de alimentos
pesados o tomarla después de la comida, casi como un digestivo.

También se puede
encontrar Ottakringer, fundada en 1837, y cuya variedad es fabulosa
incluso mezclada con limón, manzana o pomelo, que es lo que se conoce
como Radder (clara). Su nombre viene del distrito 16, el Ottakring, y es
la última gran cervecera de Viena. Continuemos el viaje por tierras
austríacas y detengámonos en Estiria, en la ciudad a orillas del río
Mur: Graz. Allí se encuentra la fábrica de cerveza Puntigamer y que
además es famosa por ser la patrocinadora del equipo Sturm Graz de
fútbol. Es una cerveza de aroma a lúpulo y de sabor muy agradable. Pero
la más popular de las cervezas estirianas es la Gösser, de hecho hay un
dicho que reza “Gut, Besser, Gösser !”, es decir, “¡bueno, mejor y
Gösser!” incluso hay quien asocia su color verde al del escudo de
Estiria.