Si sois de esos a los que la alergia les ataca durante los
meses de primavera… será mejor que vengáis a Austria bien provistos de
medicamentos, porque pensad en una cosa: las plantas en otros países, sobre
todo, al sur de Europa tienen un tamaño, digamos… pequeño. Algo con lo que
podemos lidiar. En Austria hasta el hierbajo más insignificante, en mayo y
junio, os llegará por los hombros. Medio metro es considerar una planta,
pequeña. Crecen y crecen, especialmente unas espigas verdes que sueltan esporas
especialmente nocivas.
Toseréis, estornudaréis, os picará la garganta, os picarán
los ojos… y en algún caso, incluso podéis llegar a experimentar asma alérgico.
¿Por qué os cuento estas cosas? Porque viajar a Austria
tiene que ser una experiencia maravillosa, un viaje único en vuestra vida y hay
tanto que disfrutar que tenéis que venir a tope, en todos los sentidos.
¿Qué os recomiendo? Primero, estar atentos al clima, porque
si llueve o hace muchísimo calor, el problema se atenúa, pero si el clima es
suave y ha llovido hace poco tiempo, el nivel de alergia puede ser brutal. Así
que, si sois grandes alérgicos, lo mejor es alejar vuestro viaje de estas
semanas, pero si no es posible, entonces, acercaos al médico y que os recete
algo para la ocasión, porque la mayoría de los medicamentos que se distribuyen
en las farmacias austríacas… no sirven. Están pensados para otro tipo de
resistencia y no os salvarán de sufrir el ataque vengativo de la naturaleza en
su momento más hostil. Hermosísima, eso también hay que decirlo.
Porque algunos de los paisajes más hermosos del país, se
presentan en esta época del año, por eso es importante venir y estar bien
preparado para la ocasión. ¡Que lo disfrutéis mucho!